¿Por qué hacemos lo que hacemos?

Un tributo al Dr. Luc Montagnier por la Dra. Karina Acevedo-Whitehouse

Todo parece indicar que el Dr. Montagnier efectivamente ha muerto.
Me duele y me enoja, y me deja pensando en muchas cosas. Entre ellas, esta pregunta: «¿Por qué hacemos lo que hacemos?».
¿Por qué el Dr. Luc Montagnier ‘dilapidó su prestigio’ (según El País)? De forma personal, y consciente de las diferencias entre el prestigio del Dr. Montagnier y el que pudiera yo tener o haber tenido, sé que esto es justo lo que piensan muchos de mis colegas y conocidos – incluso algunos otrora cercanos – quienes no comprenden por qué una académica, con cierto reconocimiento en su medio, con estabilidad laboral y que no tiene necesidad del conflicto, haría lo que he elegido hacer.
Claro, en la ciencia y en la psicología, las preguntas que buscan entender el ‘¿por qué?’ son complejas de responder. «Por que se volvió loco» pensarán (equivocada y vulgarmente) algunos. Respuestas superficiales y erróneas que no rozan siquiera la complejidad de la acción emprendida. Es más sencillo y mucho más respondible preguntar ‘¿para qué?’.
Entonces, preguntemos ¿para qué hacer esto? ¿Para qué se posicionaría abiertamente como lo hizo el Dr. Montagnier, con un llamado de alerta sobre lo que significaban las inoculaciones, con un llamado de alerta sobre los indicios del origen de laboratorio para el virus SARS-CoV-2?
¿Para qué arriesgarse?
¿Para qué harían esto tantos como el Dr. Ruiz-Valdepeñas, el Dr. Campra, el Dr. de Benito, la Dra. Bruno, la Dra. Prego, la Dra. Barrientos, el Dr. McCullough, el Dr. Malone, la Dra. Gupta, el Dr. Bhattacharya, el Dr. Yeadon y tantos más?
¿Para qué? ¿Para tener ‘fama’? ¡Ya la tenían! ¡Vaya que la tenía el premio Nobel Luc Montagnier y Catedráticos reconocidos pertenecientes a las mejores universidades del mundo!
¿Para ganar dinero? Lo que hacía el Dr. Montagnier, lo que hacen tantas personas que menciono (y que son solo una parte de la lista de personas que han emprendido acciones semejantes) no generaba dinero.
No puedo hablar por todos, pero a título personal, nada de lo que he hecho desde el inicio de la pandemia me ha generado un centavo; al contrario, me cuesta tiempo y ese tiempo lo quito de mis propias actividades de investigación; esa ‘merma’ en publicaciones sí que tiene un impacto negativo para mí. No se hace esto – este exponerse a la crítica, exponerse incluso al peligro – por dinero.
Se hace desde la honestidad.
¿Entonces, para qué hacerlo? Lo hago para poder seguirme reconociendo cuando me miro en el espejo y no sentir vergüenza de lo que he hecho. No podría conocer lo que conozco – desde mi formación científica – y quedarme callada. Es eso, solamente eso, lo que me mueve: hablar desde ese conocimiento para dar voz a lo que está silenciando esta narrativa única.
Podemos tener la certeza que el Dr. Luc Montagnier murió siendo íntegro y honesto, porque eligió hablar de lo que era verdadero para él. Ojo, no se trata de sentir que uno tiene «La verdad». Esa verdad apenas podemos intuirla; se trata de no ignorar la mentira; ¡esa sí que se reconoce!
Se trata de darle lugar a la evidencia que, pasito a pasito, nos permite entender un poco más de todo este quilombo que nos tocó vivir como humanidad, y saber que hicimos todo lo que pudimos para ayudar a seguir siendo libres, siendo honestos.

Hacemos lo que hacemos para seguir siendo humanos y profesionistas que pueden mirarse a la cara y saber que no nos vendimos por comodidad, por protección, por dinero. No nos vendimos. Y Luc Montagnier, definitivamente, no se vendió.

Les mando saludos, desde el respeto, desde el dolor que se siente por esta partida, y desde la certeza de que esto que vivimos no durará para siempre.

Karina AW

Fuente:
Publicado el día 10.02.22 en Telegram en el canal de Akasha Comunidad
https://t.me/akashacomunidad/1087

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